Hace tiempo que vamos notando cómo madura la fruta del aprendizaje-servicio en nuestro país.
Ha crecido, ha tomado color, es apetitosa… ¡Hay muchas señales de este proceso!:
Ya no hace falta explicar y justificar tanto la idea; los proyectos se consolidan, se reproducen como setas y se reconocen, merecen premios y salen en los medios…
Por otro lado, las personas que los impulsamos nos hemos vuelto más flexibles y ya no discutimos tonterías, detalle que, sinceramente, me parece uno de los signos más evidentes de madurez.
Ayer tuve una jornada intensísima de aprendizaje-servicio en L’Hospitalet de Llobregat. Por la mañana Lluis Esteve, el concejal de Educación, reunió a la Red ApS de los ayuntamientos de la RECE (Red Estatal de Ciudades Educadoras) y por la tarde tuvo lugar la V Jornada ApS de esta ciudad. Al final, todos mezclados, fuimos testigos de este proceso de maduración imparable.
Como muestra del intercambio, te dejo el vídeo Projecte Empresa amb servei a la comunitat que compartieron los educadores del Centre Esclat, un ejemplo estupendo de incorporación del ApS al proyecto educativo del centro.
Para redondear, al volver a casa comprobé que me había llegado ya el último número de la revista Cuadernos de Pedagogía, cuyo tema del mes de noviembre es, precisamente, el aprendizaje-servicio.
No te pierdas el artículo de fondo de María Nieves Tapia sobre calidad educativa y ApS, así como el de Javier Murillo y Pilar Aramburuzabala acerca del ApS y la justicia social. ¡También te van a encantar las prácticas descritas de Sevilla, Paraná, Santurtzi, Ourense y L’Hospitalet de Llobregat!
Cuando la fruta está madura, es un placer saborearla.