Ahora que estoy buscando traductores rápidos para el blog me viene a la memoria una visita que hice hace años a Nalda, en La Rioja, acompañando a mis amigos argentinos Alberto y Hernán. Estuvimos en la ludoteca del pueblo y yo había llevado una baraja de cartas de los derechos de los niños, un juego elaborado por la Fundación Catalana de l’Esplai.
El problema era que había dos versiones, en castellano y en catalán, y no me dí cuenta de que la que llevaba encima era la versión en catalán hasta que no tuve a todos los niños de la ludoteca rodeándome, expectantes y esperando ver las cartas.
Improvisé. Les dije sin parpadear que las cartas estaban en catalán, porque sabía que los niños y niñas de Nalda eran muy listos y lo entendían todo. De manera que íbamos a empezar a jugar adivinando lo que ponían las cartas, por otro lado ilustradas con dibujos muy simpáticos.
Saqué una al azar, cuyo texto rezaba: Tots els infants tenim dret a un medi ambient saludable i no contaminat. Inmediatamente los niños sonrieron satisfechos y cantaron a voz en grito: Todos los niños tenemos derecho a un medio ambiente saludable y no contaminado.
A continuación saqué otra que decía: Tots els infants tenim dret a gaudir d’una bona alimentació, d’una casa i d’una bona atenció mèdica. Dudaron un poco con el «gaudir» (disfrutar), pero sólo un poco. Una tras otra, fueron cayendo cartas y traducciones instintivas, prácticamente sin errores.
Los adultos riojanos se quedaron boquiabiertos. Mis amigos argentinos no tanto. Hernán llevaba cuatro años en Cataluña y Alberto, que cuando viene nunca se queda más de una semana, dice que no sabe por qué será, pero que lo entiende.