Ayer en el Curso de Introducción al Aprendizaje-Servicio que estamos desarrollando en L’Hospitalet se presentaron dos experiencias locales relacionadas con la música.
Se trata, además, de dos buenos ejemplos de colaboración entre escuelas de Primaria y entidades sociales y culturales. Una simbiosis en la que todos salen ganando.
La Escuela Milagros Consarnau organiza desde hace más de diez años (¡ya han perdido la cuenta!) el proyecto Visitamos y animamos a los abuelos en la residencia. Una práctica sencilla y efectiva, vinculada a la clase de música, en la cual los niños y niñas de 6º curso (11 años, más o menos) montan un concierto para los ancianos de la Residencia Prytanis, que está justo enfrente de la escuela.
Tanto el alumnado como los residentes esperan con ilusión este acontecimiento, que se ha convertido ya en un hito irrenunciable en el calendario. Rosa María e Isabel, profesoras de la escuela, explicaban cómo frecuentemente los niños y niñas más difíciles se transforman con esta actividad en los más entusiastas y colaboradores.
Por su parte, Lola, coordinadora de las actividades de animación de la residencia, comentaba que incluso las personas mayores con dificultades para hablar consiguen comunicar alegría y reconocimiento hacia el concierto que les ofrecen los niños y niñas.
La Escuela Pau Vila tiene más de un 90% de alumnado procedente de familias inmigradas. Desde hace tiempo colabora con la Escuela de Música y Centro de las Artes de la ciudad en el programa Violín en la escuela
José Manuel, el director, nos explicaba que con este programa todos los alumnos tienen la oportunidad de aprender el violín, la viola o el violoncelo. De esta manera, la escuela ha ido ganando prestigio y rompiendo tópicos folkloristas en razón al orígen del alumnado.
La Fundación Pau Casals inspiró a esta escuela el proyecto Embajadores por la Paz y la Música, a través del cual los alumnos más expertos imparten en la ciudad sesiones musicales didácticas sobre los instrumentos de cuerda y sobre el mensaje de paz de Pau Casals.
Ana, una de las creadoras de este proyecto, comentaba que éste se pensó precisamente para aprovechar el potencial del gran músico catalán en la educación en valores, la democracia, la ciudadanía y los derechos humanos. Muchas escuelas e institutos de Cataluña llevan su nombre.
En definitiva, en ambos proyectos se trata de poner las habilidades musicales de los alumnos al servicio de una causa. Gana la causa y mejoran las habilidades.