En el debate acerca de la regularización de la prostitución el problema no está en posicionarse contra la esclavitud, el tráfico de mujeres y las mafias que lo sostienen.
Todo el mundo -al menos de boquilla- está de acuerdo en luchar contra eso. Hay sin duda rechazo social. Cualquier mujer forzada a ejercer la prostitución tiene que liberarse de ello, y el traficante o proxeneta debe ser castigado.
Creo que el debate ético está en otro lugar. ¿Y aquellas mujeres que trabajan voluntariamente en esto, sin ninguna esclavitud por medio? ¿Estamos hablando entonces de un trabajo normal, ya que es ejercido voluntariamente? ¿Y por esta razón debemos respetarlo y tolerarlo? Para mí no es un trabajo como otro cualquiera, lo siento. No lo es.
Estoy totalmente de acuerdo con el posicionamiento de las alcaldesas de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín; Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón; Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret, y Sant Cugat del Vallès, Mercè Conesa, en contra de la regularización de la prostitución voluntaria.
La Campaña de recogida de firmas a la que las alcaldesas dan apoyo presenta datos aplastantes sobre los resultados desoladores de la regularización en países como Alemania, Holanda o Australia.
Tal como describe lúcidamente Cristina Simón, del Movimiento Democrático de Mujeres, en su artículo La prostitució a Barcelona: cap a un escenari de violència legalitzada: La prostitución es una forma de violencia de género extrema. ¿El hecho de que se pague una cantidad de dinero puede transformar este abuso en un ‘trabajo’?
O como dice Sylviane Daha Sellen de la FAVB, en su artículo Queremos cambios reales: Regular la prostitución no defiende ningún derecho de las mujeres, sino el privilegio ancestral de los hombres de acceder a los cuerpos de las mujeres desde una posición de poder.
Tratarlo como un trabajo normalizado representa dar opción a las niñas a que se dediquen a ello algún día. Implícitamente, colocaríamos la profesión como una posibilidad de futuro. ¿Ofreceríamos también formación profesional en esta especialidad? ¿De grado medio, grado superior? ¿Tal vez rango universitario?
¿Generaría la industria juguetera novedades infantiles para comercializar en Navidad y Reyes? ¿Disfraces, juegos de construcción de prostíbulos, aplicaciones para tablets…?
No veo ninguna razón para regularizar algo así. Lo que hay que hacer es abolirlo.