La innovación no es un lujo, sino una estrategia de inclusión, afirmaba esta mañana Ismael Palacín, frente a un auditorio repleto de profesores, directores de centros públicos y concertados, técnicos, formadores de maestros, políticos, entidades sociales…
Era en el acto de presentación de Escola Nova 21, «una alianza para un sistema educativo avanzado», sin duda una de las mejores iniciativas educativas que han surgido en Cataluña.
En el auditorio se vivía ilusión, emoción y un poco de ese pequeño orgullo de yo estoy también aquí hoy, en este momento histórico. La verdad es que yo estoy entusiasmada con la propuesta.
Me parece, entre muchas cosas, un ejercicio inteligente de recuperar el espíritu progresista de la Escola Nova de hace 100 años para ponerlo a trabajar cara al siglo 21. Porque sigue siendo válida la convicción de John Dewey que rememoraba esta mañana Eduard Vallory: Si hoy hoy educamos a los niños como los educábamos ayer, les estmos robado el mañana.
Por lo menos encuentro 5 motivos para creer que la alianza Escola Nova 21 está haciendo historia de la buena:
- Porque las organizaciones que la impulsan tienen autoridad moral para hacerlo, trayectoria de rigor y compromiso con la educación. No son unas recién conversas a la causa pedagógica. Saben de qué están hablando y cómo hacerlo.
- Porque se trata de un proceso de abajo a arriba, basado en el reconocimiento al profesorado y a los centros educativos atrevidos e innovadores. Como afirma Fernando Trujillo, los buenos referentes nos ayudan a mejorar a todos.
- Porque la Administración Pública colabora, pero no es el motor protagonista del cambio. Si lo fuera o lo quisiera ser, el riesgo de parálisis cada cuatro años -o menos- sería demasiado alto.
- Porque rompe el enfrentamiento estéril y cansino entre escuela pública-escuela concertada, puesto que todas están invitadas a sumarse y a compartir. El maniqueísmo y el temor a decir lo que es políticamente incorrecto en el tema pública-privada no nos ha hecho hasta el momento ni más sabios ni más objetivos.
- Porque se basa en la generosidad y su propósito de inclusión es auténtico. Empieza con 26 centros educativos dispuestos a compartir praxis y conocimiento y a corto plazo pretende incorporar a 200 más, respetando ritmos, peculiaridades y procesos de cada uno y priorizando los entornos más complejos o desfavorecidos.
Seguramente habrá quien desconfiará de la iniciativa. Yo creo que merece un aplauso.